Balcón Político: Ser taxista en estos tiempos de violencia

Por Carlos Camacho

Dos incidentes viales, que derivaron en la muerte de un particular y lesiones serias a un trabajador del transporte público, pusieron en la escena pública la violencia que se vive en estos tiempos y que genera confrontaciones fatales entre los mismos ciudadanos que han olvidado las reglas de convivencia.

Hoy mismo, sobre la carretera México-Pachuca, a la altura de San Antonio, alrededor de las 9:30 horas, dos vehículos se cerraban el paso mutuamente, por un incidente menor y eso puso en riesgo a los automovilistas que circulaban detrás de ambos autos, que sin importarles nada, avanzaron hacia el centro de la ciudad con la misma actitud de dañarse mutuamente.

Ya en redes y medios convencionales, se conocieron las dos historias. En la primera, un taxista resolvió una discusión picando tres veces con un puñal a un particular, quien alcanzó a llegar al hospital para ser atendido, pero por la lesión en uno de sus pulmones, finalmente no resistió y perdió la vida.

En el otro, un particular golpeó salvajemente al conductor de un “alimentadora” del Tuzobús, situación que lo envió al hospital, donde su condición de salud es delicada debido a una fractura craneoencefálica.

La Secretaría de Movilidad y Transporte (SEMOT), aprovechó la situación para instalar retenes en distintos puntos de la capital hidalguense, con el propósito de revisar que, en sus unidades, los choferes del servicio público no traigan “puntas”, picahielos, bats o alguna herramienta que pueda convertirse en un arma.

Además, aprovecharon para aplicar multas por diversas razones: no traer el tarjetón, tener en malas condiciones el vehículo.

Dicen las autoridades que sus acciones tienen el propósito de brindar seguridad a los usuarios del transporte público y reducir cualquier riesgo de sufrir alguna agresión, por cualquier causa.

Pero, ni las autoridades, ni los concesionarios (que son los que realmente ganan y abusan de la necesidad de los choferes), han hablado de campañas y cursos de capacitación para mejorar el desempeño de los taxistas y choferes de Urvans.

Sobre todo, talleres o cursos para mejorar su conducta y que esta se refleje en una buena imagen personal y un buen trato hacia el usuario.

Conocer de las reglas urbanas de convivencia social, podrían inhibir el comportamiento salvaje de algunos choferes que a cualquier provocación reaccionan como energúmenos. Sin dejar de lado que se convierten en amos y señores de las vialidades, sin importar afectar a terceros.

Una mejor actitud y amor por su trabajo, podría, tal vez, evitar acciones fatales como las ocurridas en días recientes.

Además, la aplicación de multas exageradas, disfrazadas de retenes de revisión, tampoco resuelven el problema y generar más encono en los afectados, pues son los choferes los que tienen que cubrir el pago de las multas y no los patrones, que son los concesionarios.

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