Balcón Político: Ajacuba, de atractivo turístico pasó a municipio inseguro

Por Carlos Camacho

Desde hace varias décadas, Ajacuba, se ha caracterizado por ser un municipio dedicado a la agricultura y con una serie de parques acuáticos como atractivo para el turismo, pero de un tiempo a la fecha, se ha convertido en un sitio inseguro, donde los grupos delictivos dedicados al robo de combustible para su venta ilegal y donde la autoridad ha pasado a ser un cero a la izquierda.

Los vecinos se quejan de su presidente municipal, Francisco Basurto Acosta, a quien su afición por las bebidas espirituosas le quita tiempo para las tareas que la ciudadanía le encomendó cuando se postuló como candidato del PRI a la alcaldía.

Se ha confrontado hasta con los regidores de su partido y ahora coquetea con Morena, a pesar de que apenas hace cuatro años buscó ser alcalde por el Partido del Trabajo (PT).

Apenas ayer representó su más reciente escena, cuando acudió a ese lugar el gobernador Julio Menchaca Salazar y Basurto Acosta lució un collarín blando en el cuello, para aparentar una lesión en las cervicales, pero, sus detractores, que son muchos, afirman que lo hizo para no hablar en público, pues andaba trasnochado y con los efectos del alcohol.

Podría pasarse por alto su gusto por adorar al dios Baco, pero lo que los habitantes del municipio no toleran es que haya perdido la brújula y permita que los índices delictivos se hayan disparado considerablemente.

Eso, sino considerar que los huachicoleros han sentado sus reales en la zona y particularmente en el municipio, donde el más reciente hecho fue un enfrentamiento entre huachicoleros y policías locales, a quienes los delincuentes despojaron de armas y hasta una patrulla. Tuvieron que intervenir las fuerzas federales para detener a seis de los delincuentes, todos ellos de la misma zona.

Francisco Basurto también se ha confrontado con sus propios colaboradores a los que ha dado de baja por estorbarle en su afán por “agilizar” la ejecución de obras en las comunidades y para ello pretenda evitar las licitaciones y asignar de manera directa a personajes con quienes previamente ha acordado el pago del conocido “diezmo”.

Como los regidores y sus propios colaboradores le hicieron la observación para que no incurriera en actos irregulares, decidió despedir a varios de sus colaboradores y mantiene una abierta diferencia con los regidores de su propio partido, quienes lo acusan de haber botado al PRI y ahora coquetear con Morena.

Desde ahora y de cara a las elecciones del próximo año, pretende impulsar a su tesorera, Jazmín Muciño Morales, con quien se ha aliado para el manejo de obras y recursos.