Balcón Político: Aumento salarial “considerable” | Carlos Camacho. #Opinión En el mar de las malas
- liliana820
- 25 sept 2022
- 2 Min. de lectura
16:45
En el mar de las malas noticias que nos invaden estos días, quizá el anuncio del gobierno federal, con respecto a un aumento “considerable” al salario mínimo, a partir de enero del 2023, sea una buena noticia, especialmente para los millones de trabajadores mexicanos que sobreviven con el mínimo ingreso, que muchos de ellos perdieron, como consecuencia de la pandemia que nos atacó desde hace dos años y lesionó severamente nuestra economía familiar.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo la semana pasada que se buscará que ese incremento al salario mínimo general, sea del 63 % en términos reales y se buscará el consenso con todos los sectores involucrados.
Vale le pena ilustrarnos con respecto a este tema, leyendo la columna del 24 de septiembre pasado, titulada México SA, del periodista Carlos Fernández-Vega, quien hace una cronología de cómo la inflación ha acabado con el esfuerzo institucional de aumentos reales al salario mínimo, que al final terminan siendo absorbidos por la galopante inflación, como ha ocurrido en los últimos 36 años.
El artículo 123 Constitucional dice: “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.
Tal mandato no se puede cumplir porque hace lustros que los aumentos al salario mínimo son aplastados por la inflación, especialmente en los productos de la canasta básica, que difícilmente cubre la mayoría de la clase trabajadora.
Dice el periodista, basado en datos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que en las últimas cuatro décadas, el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos, ha alcanzado el 80 %.
La tortilla, producto de consumo básico en la mayoría de los hogares mexicanos, sirve como ejemplo para mostrar el desequilibrio entre el aumento salarial y la pérdida de poder adquisitivo. El 1 de enero de 1982 se compraban 51 kilogramos de tortilla con un salario y para octubre del 2018, apenas se compraban seis kilogramos.
Durante su mandato, Ernesto Zedillo canceló el subsidio a la tortilla con el argumento de que “la apertura comercial, la libre competencia y la entrada de nuevos participantes al mercado, bajará el precio de este alimento básico”, lo cual no ocurrió.
Con Miguel de la Madrid, el salario mínimo era de 318.28 viejos pesos y en 1988 subió a 7 mil 252.92. El aumento fue del 2,200 %, pero la inflación se elevó al 4,100 %, con lo que realmente el poder adquisitivo real del salario mínimo cayó en 50 % y desde entonces se estableció la contención salarial, como política de Estado.
Hoy, esa lógica parece cambiar en favor de los trabajadores mexicanos. Ojalá así sea.









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