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Balcón Político: La salida de Pontigo | Carlos Camacho

  • liliana820
  • 12 sept 2022
  • 2 Min. de lectura

Aunque hay quienes afirman que la relación entre los hermanos Gerardo y Agustín Sosa Castelán, no es óptima, tampoco se descarta la hipótesis vertida meses atrás con respecto a una operación política para que Agustín Sosa, secretario general, suba a rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), para dar continuidad a más de cuatro décadas de dominio de una sola persona que, por lo que se ve, se niega al relevo generacional.

El viernes pasado, Adolfo Pontigo Loyola, renunció a su cargo como rector de la máxima casa de estudios, cuando su periodo concluiría en marzo del próximo año.

Las razones de su salida las sustentó en cuestiones de índole personal y sostuvo en conferencia de prensa que “hay hora de entrada y también de salida”, para justificar su decisión.

Aunque desde tiempo atrás, al interior de la máxima casa de estudios, se rumoraba respecto de una pretendida insubordinación de Pontigo Loyola a su jefe político, Gerardo Sosa Castelán, quien a pesar da estar minado físicamente y enfrentar un proceso legal en su domicilio, se aferra a mantener el control de la UAEH.

Para cubrir las formas, en lugar de Adolfo Pontigo, asumió de manera interina su cargo, el hasta el viernes dirigente del personal académico de la institución, Octavio Castillo, quien se encargará de conducir el proceso interno para elegir al próximo rector universitario.

Agustín Sosa, se ha dedicado a mantener el control de la universidad, desde su posición de secretario general y su hermano Damián, atiende las cuestiones políticas, a través del Partido del Trabajo (PT) y sus posiciones en Morena, tanto en el poder legislativo, como en la estructura formal del Consejo Estatal y del comité directivo estatal.

Días atrás, una fuente bien informada, comentó a este espacio que el gobierno de Julio Menchaca Salazar, intentaría lo que sus antecesores no han logrado: quitarle el control político de la UAEH a Gerardo Sosa Castelán, que lo ha detentado desde la década de los 80.

A la luz de los hechos recientes, parece que Sosa Castelán no tiene en su mira dejar el control de ese espacio que le ha dado poder económico y político, hasta convertirlo en cabeza de un grupo poderoso en la escena estatal que, a la luz de los hechos recientes, podría ser un estorbo para el avance de la Cuarta Transformación.

Ya el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dicho en sus conferencias mañaneras, que deben acabarse los cacicazgos en las universidades públicas.


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